«Leer una ciudad a través de sus edificios muestra muchas etapas de su historia, sobre todo cuáles fueron sus etapas de prosperidad»
Realizar este ejercicio de curiosidad y análisis en Ronda resulta complicado, no por lo que supone admirar sus preciosos inmuebles -claro está-, sino por el esfuerzo que requiere identificar la gran cantidad de ejemplos de arquitectura característica de prácticamente todas las épocas que ha recorrido la localidad. Pero merece la pena hacerlo, y si se hace, podrá identificarse un estilo que quizá haya pasado más inadvertido que otros, pero que no deja de ser la prueba latente de uno de los periodos de esplendor de la ciudad.
El final del siglo XIX y el principio del XX traen para Ronda el despertar de una moderada prosperidad económica ligada a la llegada del ferrocarril. El Puente Nuevo ha permitido saltar hacia la “ciudad nueva”, en la que comenzará a desarrollarse un urbanismo moderno en un espacio urbano en el que se asentará una flamante burguesía, emanada del resurgir económico, ansiosa por dejarse ver y sentir, y que será la que posibilite la construcción de edificios singulares basados en un estilo muy particular que, junto con los nuevos planteamientos urbanísticos, conseguirá cambiar la fisonomía de las calles de la ciudad y aportar un aspecto de modernidad a Ronda: el Modernismo.
Garrido Oliver afirma que el desarrollo del estilo modernista en Ronda es simplemente el resultado de la inmersión de la ciudad en este movimiento artístico que se está dando a nivel nacional en dos vertientes: el Modernismo “Catalán”, con Gaudí como representante, y el Modernismo “Internacional”, con influencias del Art Nouveau belga y francés y el Secesionismo vienés. En Ronda se da un Modernismo con influencia de ambas corrientes, principalmente de la segunda, aunque con unas características propias definitorias: más que imitar formas y elementos distintivos de la corriente artística, se inspirará en ellos y los adaptará para compatibilizarlos con otros estilos coetáneos también establecidos en la ciudad; el resultado será un estilo modernista de un “eclecticismo armónico” muy particular.
Conocer esta parte de la historia de Ronda a través de la arquitectura a día de hoy es muy fácil: con atrapar un plano, tomar perspectiva y mirar un poco más arriba de lo habitual es suficiente. Y recomendable…
Garrido Oliver nombra a dos arquitectos como los artífices de los edificios más representativos del estilo modernista en Ronda: Pedro Alonso Gutiérrez y Santiago Sanguinetti. Alonso Gutiérrez introduce esta corriente en la ciudad, proyectando fachadas con claras pautas “internacionalistas” aunque sin abandonar el eclecticismo. Sanguinetti, en cambio, mantiene el estilo modernista “ecléctico” pero, además de diseñar originales y novedosas fachadas, introduce una nueva forma de concebir la arquitectura (desde el punto de vista estructural, funcional…), radicando en ello su gran transcendencia.
Muchas obras significativas de este estilo aún perviven a lo largo de la ciudad: en Carrera Espinel, número 19 y número 21; en Calle Sevilla, número 9, o en Plaza del Socorro, número 13 (de Sanguinetti), y Calle Virgen de los Remedios, 19 y Calle Tenorio, 2 (de Alonso Gutiérrez).
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