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[p]01 | Hipócritas (Montaje)

THIS IS A TRUE STORY

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Hipócritas

Hypocrites

De hipócritas, farsantes y otros mentirosos creativos

20 años desde el Efecto 2000, ¿te acuerdas? Dos décadas de aquella Nochevieja de 1999 en la que esperábamos  helicópteros cayendo del cielo y batidoras asesinas.  La primera gran mentira, que marcó todo lo que vendría después, la era de las fake news, de la desinformación, de la duda constante,  de la ”verdad”, y la verdad, y de la verdad a medias, del “eso es un bulo de los otros”, porque están los nuestros y los “otros”, que son otros pero son los mismos, que no aclaran, que solo mienten: Una era de mentirosos creativos.

"You are fake news"

Con motivo del 40 aniversario de la desaparición del artista expresionista de origen belga -aunque afincado en España- Adolf «Cele» Ceulemans, queremos hacer un breve recorrido por la característica obra de este intrépido pintor que inmortalizó con sus trazos las marismas del Guadalquivir.

Ceulemans nace en la ciudad flamenca de Alost en 1907. Su familia rechazó desde sus inicios su carrera como pintor, así que compaginando sus estudios nocturnos con el trabajo en el taller de zapatería de su padre, descubre la obra de Pablo Picasso y decide dejarlo todo y viajar a España.

Arr.: Adolf Ceulemans, en su cabaña cerca de Doñana (Huelva, España), en 1978, desde donde produjo la totalidad de su obra.

Cálmate. Que con la que está cayendo, que está en nuestra naturaleza, dicen, que tú en su posición, con su poder con su dinero… ¡Si eres un fullero hasta al mus! ¿Eres capaz de recordar cuándo fue la primera vez que mentiste? Somos capaces de formular la verdad, entender que nuestro interlocutor, a toda costa, no debe conocerla, y argumentar con ella una historia falsa hacia los cuatro años. Formular  La mentira plausible, como diría Joan Fontcuberta. Si pudieras recordar ese momento, tal vez recordarías un «click!» en tu cabeza, esa revelación de que no todo es real, de que las personas fingen, engañan, por motivos diversos: Que había una persona dentro del traje de Bob Esponja en tu fiesta de cumpleaños.
O tal vez no: Quizá nunca has sido del todo capaz de llegar esa epifanía, y por eso te quedas sorprendido al saber que Meg Ryan nunca creyó en el amor incondicional para toda la vida, ni Liam Neeson es un implacable experto en artes marciales; incapaz de separar realidad y ficción, la interpretación del intérprete. Y claro, ¿qué vas a hacer? ¿Enfadarte con Benedict Cumberbatch por no ser un sociópata altamente funcional? ¿O tachar a Javier Gutiérrez de no ser un asalariado atrapado en su propia monotonía? Tendrás que separar, discernir las mentiras malas, las que hieren, de aquellas que te gustan, que te entretienen, que son útiles; con algún sistema graduado y general, una moral cuantificable… 1984, no digo más.

Cuatro de las obras más conocidas de Cele, donde recoge los paisajes de Doñana, su vegetación y fauna, con un estilo expresionista flamenco influido por José Guerrero y Picasso.
De izq. a der. y descendente: Dunas (1977), Sin título (1968), Al otro lado (1957) y Flamencos (1966).

En España, se enamoró de las playas onubenses, asentándose allí, donde recibió su pseudónimo y firma, «Cele», al transmitir su apellido flamenco a los habitantes. Desde su primer intento, entendió que sólo podía comprender el color y la expresividad del lugar desde un punto de vista exclusivo.

Así, Cele se embarca en un viaje con destino ascendente. Localizó circos y ferias ambulantes de la región, asegurándose de que entre sus atracciones cuenten con un globo aerostático. A cambio de algo de dinero, Cele subía durante horas en el aerostato para observar, dibujar y fotografiar los paisajes de la zona desde las alturas.

Con los años, adquirió su propio aparato, en el que el mismo Salvador Dalí quiso viajar durante uno de los estudio de terreno de Cele.

Arriba: Serie de fotografías del alzamiento de dos globos aerostáticos que Cele usó como prueba en sus primeros viajes, generando el revuelo en la localidad. 1951.
Abajo: Visita de Salvador Dalí, quien acudió interesado por la obra de Cele, y exigió estar presente en uno de los viajes del pintor belga. 1972.

Por eso los odias, a esos hipócritas (los malos), que se calzan su careta, y da comienzo la función. Y es que hipócrita (el bueno) era el término para los actores del drama griego clásico en el siglo II a.C.. Literalmente, “lo que hay debajo”, para referirse a aquel que se encontraba bajo la máscara, derivado de “aquel que distingue lo que hay debajo”, el verdadero intérprete (de historias, sueños, profecías y premoniciones).

Y es que, al final, sólo el farsante distingue la verdad, abstrae la realidad hasta hacerla indistinguible, hasta plasmar en un único lienzo miles de estratos, historias, ciertas, falsas, interpretadas, soñadas, comprensibles o incomprensibles, pero inexplicablemente presentes. Como en una red, tejida, por ejemplo, por una de las maternales y matriarcales arañas de Louise Bourgeois ¡Eso sí que son grandes mentiras historias!

Inmortalizar esos paisajes a vista de pájaro se convirtió en su obsesión. Tras horas en las alturas, descendía para encerrarse rápidamente en su pequeña cabaña, donde intentaba plasmar cada uno de los colores, destellos, sombras, animales, vegetación… que había percibido en su viaje.

En el otoño de 1980, Cele ascendió por última vez; al intentar plasmar la sombra que proyectaba una tormenta cercana sobre las marismas, su globo, consumido por la tempestad, nunca volvió a descender.

Varado en el cielo, inmortal, observando los paisajes que tanto le fascinaron y nunca terminó de comprender, Adolf Cele trascendió a la historia más como mito que como artista.

Grabado realizado por Cele rememorando su primer ascenso. 1957

Tal vez, entonces, si no podemos diferenciar a los “buenos” de los “malos”, si no podemos saber qué historia es mentira y cuál sólo ficción, si tras cada agujero de bala en el Neues Museum, Chipperfield no puede darnos una explicación, sólo nos queda distinguir entre “los creativos” y “los otros”, porque de mentirosos no hay nada aquí escrito, y todos nos contamos mentiras historias por reír, o llorar, para plasmarlas, para entretenernos… o para entender la obra de un pintor belga jamás existió antes de entrar a un patio.

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¿Y ahora qué?

Somos unos hipócritas, qué le vamos a hacer… ¡Pero esto no es más que el principio! [patio]01 se centra en el concepto de «hipócrita», en la verdad y la mentira, en el panorama artístico y arquitectónico contemporáneo. Nuestro Open Call! sigue abiertísimo. Puedes participar en el primer número de [patio] con cualquier tipo de contenido: Textos, imágenes, gifs, vídeos… Pásate también si quieres saber cuánto tiempo falta para que sea publicado.

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¿Cómo lo hemos hecho?

La imagen de «Cele», y sus obras, han sido producidas a través de una Inteligencia Artificial -Skynet no- llamada «This Person Doesn’t Exist» y «This Artwork Doesn’t Exist». Nunca existieron, y sus rasgos y estilo han nacido del estudio de miles de caras y obras por parte de un algoritmo, capaz de reproducir sin copiar. Un verdadero farsante creador.

La historia de Cele está basada en la de muchos exploradores que, desde su creación, se han aventurado a las alturas en su globo aerostático y por desgracia nunca han llegado a aterrizar. Las imágenes de los globos aerostáticos pertenecen al Globos de Cantoya en Pátzcuaro, una tradición que data del siglo XIX en esta ciudad. También, a los primeros viajes en globo aerostático en la época victoriana.