Plaza de la Iglesia
Plaza de la Iglesia
Ensayo publicado en el quinto número de [patio], titulado Identidades, dedicado al trabajo de AHAUS y apoyándonos en colaboraciones de Álvaro Chico, Malakouti Jordan, Diana Maján, Manuel Pedraz, Jose Moreno, Enrique Iriso y Xabier Ilundain para profundizar en la comprensión del entorno desde su raíces y la forma de habitarlo.
[patio] es una revista de arquitectura independiente publicada en edición impresa. Puedes hacerte con la tuya y apoyar nuestro trabajo en nuestra tienda.
«Ya en la cuesta, la torre del pueblo, coronada de refulgentes azulejos, cobraba, en el levantamiento de la hora pura, un aspecto monumental. Parecía, de cerca, como una Giralda vista de lejos, y mi nostalgia de ciudades, aguda con la primavera, encontraba en ella un consuelo melancólico».
Jiménez, J. R. (1914). Platero y yo. Capítulo XXII.
Jiménez, J. R. (1914). Platero y yo. Capítulo XXII.
La iglesia mudéjar de Nuestra Señora de la Granada de Moguer databa del siglo XIV. El terremoto de Lisboa de 1755 dañó gravemente el edificio y se realizó una reconstrucción sobre la misma traza, manteniendo exclusivamente la torre, que había quedado indemne tras el sismo, y resultando así el mayor edificio parroquial de Andalucía occidental.
Los espacios circundantes al templo han sido configurados por el crecimiento urbano a lo largo de siglos, generando un gran vacío frente a su fachada noroeste: la Plaza de Nuestra Señora de Montemayor o Plaza de la Iglesia, un centro neurálgico de la actividad cotidiana del pueblo, lugar de encuentro y espacio de ocio.
Plaza de Nuestra Señora de Montemayor.
Ph.: Pablo F. Díaz-Fierros.
Plaza de Nuestra Señora de Montemayor.
Ph.: Pablo F. Díaz-Fierros.
Como en muchos otros espacios urbanos, tras la segunda mitad del siglo XX, la irrupción del vehículo privado de manera generalizada provocó el predominio de las vías rodadas sobre los espacios de uso peatonal, provocando que la plaza quedase reducida a una isla central, desvinculada del santuario y del resto del viario. Además, la fachada principal de la iglesia, al suroeste, elevada sobre el nivel de calle, quedaba aprisionada por la calzada y era accesible exclusivamente mediante una doble escalinata.
El trabajo de AHAUS nace desde una aspiración a nivel urbano, un reconocimiento de los recorridos de los habitantes del municipio, de la forma en que habitan la plaza y la hacen suya, configurando un juego que resulta casi topográfico. La peatonalización del viario adyacente a la iglesia consigue abrir el espacio público y conectarlo con el resto de avenidas y calles que emergen en este entramado urbano, generando un recorrido continuo capaz de rodear el monumento, integrarlo y formar parte de él.
«La propuesta se basa en un estudio histórico de este espacio urbano, analizando y recuperando los elementos que han marcado su carácter y que más se han repetido a lo largo de los diferentes estados en los que se ha encontrado esta zona del municipio».
Planta general.
Planta general.
Vista aérea de la Plaza de Nuestra Señora de Montemayor.
Ph.: AHAUS.
Vista aérea de la Plaza de Nuestra Señora de Montemayor.
Ph.: AHAUS.
La intervención propone un pavimento continuo, una retícula de granito que varía su tono para responder a la estructura de la iglesia, generando un entorno abstraído, neutro, en un juego que permite sentir la gravidez del volumen imponente del templo pero no impone su presencia. El trabajo topográfico consigue conectar la fachada noroeste y la suroeste en una misma cota, y abre la fachada principal al escueto vacío que se desarrolla frente a ella, rescatando la escalinata original de la portada. Así, en la desembocadura de la calle Duende, el espacio se dilata, abriéndose y generando una minúscula plaza entre fachadas, un espacio urbano recogido que, con el edificio elevado sobre este plinto como telón de fondo, hace las veces de escenario o graderío para diferentes eventos.
Conexión de la Plaza de Nuestra Señora de Montemayor con la Placeta de la Iglesia.
Ph.: [patio].
Conexión de la Plaza de Nuestra Señora de Montemayor con la Placeta de la Iglesia.
Ph.: [patio].
Fuente en la Plaza de Nuestra Señora de Montemayor.
Ph.: [patio].
Fuente en la Plaza de Nuestra Señora de Montemayor.
Ph.: [patio].
La modulación del pavimento define una serie de franjas de uso: dos líneas transversales a la fachada flanquean el acceso al templo, emergiendo para actuar como bancos, domesticados a través de piezas de madera que se superponen al granito para generar sus respaldos, rematados por dos pequeñas fuentes, y ofreciendo una mirada directa a la portada lateral; en contraposición, la creación de vacíos genera una serie de parcelas que integran la vegetación existente en la plaza –naranjos y palmeras– y añaden algunos especímenes.
La intervención incluye del mismo modo el mobiliario existente en la antigua plaza, recuperando los bancos modernistas y las farolas fernandinas que ocupaban el antiguo espacio y realojándolos en una armonía que equilibra el espacio entre zonas abiertas de juego y lugares más íntimos, protegidos de la luz solar, que permiten la reunión de los vecinos.
Traza señalada sobre pavimento en la Placeta de la Iglesia.
Ph.: AHAUS.
Traza señalada sobre pavimento en la Placeta de la Iglesia.
Ph.: AHAUS.
«La torre de Nuestra Señora de la Granada es el único elemento que se conserva de la iglesia que se alzaba en la misma ubicación. Las obras de ejecución de la plaza han sacado a la luz parte de los cimientos del templo mudéjar del siglo XIV que han permitido a los arqueólogos confirmar el trazado de la primitiva iglesia, girada respecto de la actual y que seguía la alineación de la torre, más pequeña y baja en su etapa mudéjar».
La traza del antiguo templo y de las construcciones aledañas, que aparecieron en el proceso de construcción y han sido sometidas a diferentes procesos de protección, aparecen marcadas en el pavimento, talladas sobre el granito para exponer la evolución histórica del espacio.
Plaza de Nuestra Señora de Montemayor.
Ph.: AHAUS.
Plaza de Nuestra Señora de Montemayor.
Ph.: AHAUS.
La intervención consigue una reconexión del centro urbano que hace partícipes a los habitantes de Moguer, en su ir y venir diario, de la actividad del espacio público que rodea al monumento, un proyecto que busca la integración, el encuentro entre actividades, entre historias y entre realidades, exponiendo sin ocultar. El resultado es un entorno que resulta atemporal y a la vez rabiosamente propio de sus épocas, volcado a la vida diaria de un pueblo que, en un pasado cercano, sólo ha conocido ese espacio como reducto enfrentado a la parroquia, y que ahora concibe como parte de ella, de su actividad, de su belleza y del resguardo de su sombra.
Ensayo publicado en el quinto número de [patio], titulado Identidades, dedicado al trabajo de AHAUS y apoyándonos en colaboraciones de Álvaro Chico, Malakouti Jordan, Diana Maján, Manuel Pedraz, Jose Moreno, Enrique Iriso y Xabier Ilundain para profundizar en la comprensión del entorno desde su raíces y la forma de habitarlo.
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