Conversación con Mónica Lamela
-There There Architecture-
David Ariza
Conversación con Mónica Lamela
-There There Architecture-
David Ariza
Mónica Lamela, arquitecta española graduada con honores en la Escuela de Arquitectura de Madrid, ejerce a nivel internacional con colaboraciones en estudios destacados. Su investigación se enfoca en temas arquitectónicos periféricos, ampliando la discusión y situando al usuario en el centro de la producción arquitectónica. Posee una Maestría en Historia, Teoría y Sociedad de la UC Berkeley. Ha enseñado y sido ponente invitada en instituciones como ETH Zurich y la Escuela Politécnica de Madrid. Actualmente, integra la Junta Directiva del L.A. Forum for Architecture and Urban Design.
Ph.: Miguel de Guzmán
Conversación publicada en el tercer número de [patio], titulado Inefable, dedicado al trabajo de Atelier Atlántico y apoyándonos en colaboraciones de Álvaro Chico, David Ariza, Mónica Lamela –There There Architecture–, Jesús Meseguer, Elena Beltrán, Javier Bustamante y Pigaa Studio para comprender el concepto contemporáneo de hogar y nuestros referentes.
[patio] es una revista de arquitectura independiente publicada exclusivamente en edición impresa. Puedes hacerte con la tuya y apoyar nuestro trabajo en nuestra tienda.
[David Ariza] Algo que llama mucho la atención de tu perfil es el carácter colaborativo. Cuentas con numerosas experiencias laborales repartidas por todo el mundo, con roles muy diferentes; colaboradora, ponente, crítica invitada, ahora incluso miembro de la junta directiva del LA Forum for Architecture and Urban Design… ¿qué has aprendido de toda esta experiencia y relaciones?
[Mónica Lamela] Desde el principio me di cuenta de que para que un proyecto salga bien, debes tener un buen equipo. Desde el maestro de obra, el constructor… Remando en el mismo sentido. Igual cuando diseñas un proyecto. Colaborar con otras personas que a lo mejor no piensan igual que tú, pero valoras lo que dicen.
En Ciudad de México trabajé mucho con Tatiana Bilbao, y en todos los proyectos que hacíamos, era en colaboración con otra oficina. Incluso cuando eran proyectos que le daban a Tatiana, siempre invitaba a otros, porque sabía que esa relación trae muchos beneficios.
He sido un poco nómada. Desde que acabé la carrera viví en diferentes ciudades del mundo, entonces lo bueno es que vas dejando tu semilla. El proyecto de Londres era imposible que yo lo llevase desde Los Ángeles, no había forma. Entonces, en vez de contratar a un arquitecto local, ¿por qué no invito a un amigo con el que ya he trabajado, que valoro cómo trabaja? Siempre se va a involucrar mucho más que alguien que solo está ejecutando.
Esta mentalidad me ha ayudado muchísimo en todos los proyectos.
Colaboración para Free Mühlgang.
Mónica Lamela, Raquel Ruiz & Violeta Ordóñez.
Colaboración para Free Mühlgang.
Mónica Lamela, Raquel Ruiz & Violeta Ordóñez.
«Desde el principio me di cuenta de que para que un proyecto salga bien, debes tener un buen equipo. Desde el maestro de obra, el constructor… Remando en el mismo sentido.»
Hablo con Mónica Lamela Blázquez, arquitecta madrileña. ¿Qué puedes contar de “There There”? Como una introducción, ¿cómo aparece?
There There surge hace un año a través de una serie de proyectos en colaboración con otras oficinas. Es una oficina colaborativa donde en casi todos los proyectos unimos fuerzas. La arquitectura siempre es una colaboración, es un equipo.
Es una oficina en la que el trabajo lo dividimos en tres vertientes:
Fictions, donde se hacen especulaciones teóricas a través de representación, imágenes… Son proyectos en colaboración con otros perfiles, como escritores.
Counternarratives, proyectos de análisis e investigación a través de artículos, vídeos, que descubren historias alternativas a las que se suelen contar de ciertos lugares. Por ejemplo, Tepito en México, contado a partir de otras historias diferentes a la de que es un barrio peligroso.
Y en Architectures las arquitecturas claramente dichas donde ahora mismo tenemos proyectos en San Luis Potosí, Mérida, Londres y en Los Ángeles.
Es común encontrar en los estudios organizaciones de jerarquía verticales. En tu experiencia, ¿cómo han sido los despachos donde has trabajado?
Yo he tenido muchísima suerte. Han sido dinámicas super horizontales. En Tatiana son 50, 60 personas, se podría pensar que es un estudio grande. Pero los equipos de trabajo son tres, cuatro personas que llevan un proyecto y todo el mundo puede opinar.
Antes trabajé con Francis Kéré, que era un estudio súper chiquitito. Cinco personas y él. Llegué como practicante y me pedían mi opinión en todo momento, nunca sentí que era la practicante.
He tenido suerte de que en todos esos estudios está esta política de que todo el mundo opina, es parte del proyecto, y creo que también por eso los proyectos salían bien. Porque todos los que trabajábamos ahí sentíamos que el proyecto era nuestro.
Creo que me gusta trabajar así porque he tenido esas experiencias en las que en equipo se funcionaba súper bien.
Por supuesto, todo eso ha impactado en mi forma de trabajo: Entender la historia del lugar, una fase como de erosión para encontrar cómo llegar al contexto de una forma que no es la historia que se cuenta de un lugar, e intentar excavar para ver qué otras historias tiene. La historia del cliente con ese lugar. He tenido la suerte de que casi siempre he sido contratada por gente que tenía una relación súper especial con el lugar a construir o remodelar.
Ambas son el punto de partida. No quiere decir que solo sea un análisis de contexto del proyecto, es a través de ahí como consigo un concepto.
Yo creo que cada lugar, cada cliente, cada historia, son su propia narrativa. Todos los proyectos, más que un concepto, son una historia que cuentas del lugar. A través de ahí, genero esta narrativa, empiezo siempre con imágenes de collage, que voy imaginando, voy contando y diseñando.
Free Mühlgang masterplan en Graz, runner-up Europan 16. Colaboración entre There There, Raquel Ruiz y Violeta Ordóñez.
Free Mühlgang masterplan en Graz, runner-up Europan 16. Colaboración entre There There, Raquel Ruiz y Violeta Ordóñez.
La forma de representar se siente muy personal. Es muy expresiva. Da la sensación de que ese estilo se lleva hasta la documentación técnica. Es algo que contrasta mucho con el estudio tradicional, donde todo es mucho más frío. ¿Cómo se relaciona esa visión artística con el trabajo que se desarrolla? ¿De dónde surge?
Para mí la representación es una forma de exploración. No tengo la capacidad de saber qué quiero dibujar antes de dibujarlo. El dibujar, el collage, cualquiera de mis representaciones nunca las empiezo sabiendo qué van a ser. Es una especie de proceso.
Luego como te decía, cada proyecto cuenta una historia, entonces, parte de contar esa historia es entrar a cada uno de los dibujos y habitarlos de alguna forma.
En uno de mis primeros proyectos, me entró miedo, “a lo mejor el cliente no lo va a entender”. Decidí contratar renders y fue la peor decisión que he tomado en mi vida.
Posteriormente, cuando íbamos a decidir materiales en obra, me decían “pero es que este no es como el render, ¿no?”. Si les estás dando una imagen final ya no les haces pensar, y esto no me gusta.
Me gusta colaborar con los clientes, que sean partícipes. Desde entonces decidí no volver a hacer algo contrario a mis principios. Si estos dibujos me sirven a mí para pensar, se los voy a mostrar también a ellos para integrarlos en el proyecto. Cada quién que sea fiel con su proceso.
«…Entender la historia del lugar, una fase como de erosión para encontrar cómo llegar al contexto de una forma que no es la historia que se cuenta de un lugar, e intentar excavar para ver qué otras historias tiene. La historia del cliente con ese lugar…. Ambas son el punto de partida.»
Últimamente la arquitectura parece alejarse de solucionar problemas para convertirse en espacios puramente escenográficos con el objetivo de ser “instagrameables”. Y de la misma manera que muchas veces la imagen genera expectativas que la realidad luego no cumple, ¿crees que se está diluyendo la arquitectura?
Creo que sí que es un problema, incluso he tenido algún cliente que me ha dicho “quiero que esta sala sea la instagrameable”. Me ha pasado, creo que yo no sé si tiene la capacidad de diluir la arquitectura. Al final con una imagen tú decides dónde enfocar, y es difícil saber qué más hay dentro de ese proyecto.
Tengo la sensación de que, a la hora de vender los proyectos, o a la hora incluso de publicarlos, quiero hacer el proyecto y acabarlo para la foto, ¿no?
Aunque eso por supuesto, ya existía con las comunicaciones de arquitectura, pero ahora con Instagram es todavía mayor.
Entonces, yo creo que el vivir, el habitar la arquitectura, y ahora también el fotografiar la arquitectura, no sé si la hace peor, solo creo que la percepción de la arquitectura, como se experimenta, es un poco diferente.
Estoy un poquito contra esa idea de que la arquitectura soluciona problemas. Creo que, en los años 50, 60, se usaba mucho eso de que con la arquitectura solucionamos el problema de los slums, y creo que esas ideas imponían también muchas formas de habitar, de generar ciudad, y excluían muchas otras cosas.
Entonces, yo creo que creo que la arquitectura no soluciona problemas, no debe solucionar problemas, debe abrir posibilidades.
No tiene que ser como una receta. Mi aproximación para los lugares no es de qué le falta al lugar, sino al revés. Qué tienen de increíbles estos lugares, y cómo puedo, de alguna forma, hacerlo parte de lo que propongo.
No tanto que le falta, sino qué es lo que tiene, y cuáles son las posibilidades que puede tener.
‘La Sobremesa’, propuesta para el festival de Concéntrico, Logroño. There There y PuenteAlameda.
‘La Sobremesa’, propuesta para el festival de Concéntrico, Logroño. There There y PuenteAlameda.
¿Cómo crees que impacta la arquitectura en la sociedad? ¿Tal vez el caso de la vivienda es el que más impacto tiene sobre la vida del usuario?
Hace como un año fui a Paris y visité a Lacaton & Vassal. Les conté que estoy empezando y me preguntaron que qué tipo de trabajos estaba desarrollando.
Entonces les dije un poco avergonzada que en este momento sólo tenía proyectos de vivienda privada. Jean-Philippe me dijo de una forma tan honesta “qué envidia”. Que no sabía cuánto extrañaba ese momento en el que sabe quién es el usuario final, en el que puede diseñar algo pensando en esa persona, pensando en su forma de vivir.
Me lo dijo de una forma casi, no llorando, pero emocionándose, y ahí cambió totalmente mi perspectiva. No tengo por qué avergonzarme de tener proyectos más chiquitos, tengo que disfrutar de las oportunidades que me dan.
David Ariza Pérez (1993) es arquitecto egresado de la UGR y productor musical aficionado bajo el alias ‘davarpe’. Es una persona inquieta, interesada en entender las razones que rigen el mundo. Utiliza el diálogo y la escucha activa para comprender estas razones. En su trayectoria profesional, ha trabajado en España, Portugal y México, lo que le ha permitido profundizar su conocimiento con personas de diversas culturas, profesiones y clases sociales, explorando temas como la arquitectura, urbanismo, sociedad o sostenibilidad.
Entrevista publicada en el tercer número de [patio], titulado Inefable, dedicado al trabajo de Atelier Atlántico y apoyándonos en colaboraciones de Álvaro Chico, David Ariza, Mónica Lamela –There There Architecture–, Jesús Meseguer, Elena Beltrán, Javier Bustamante y Pigaa Studio para comprender el concepto contemporáneo de hogar y nuestros referentes.
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