0
Tu carrito

De cuando pueden quitarnos el «enchufe»

A finales de 2019 nos sorprendía el comunicado que hacía Mutua Madrileña sobre la «rehabilitación» que pretende llevar a cabo en las conocidas -ya sea por adorarlas u odiarlas- Torres de Colón. Independientemente de lo que nos haga sentir este edificio, no podemos evitar verlo como uno de los emblemas de la capital, ya sea por su apariencia, ubicación u original metodología constructiva donde se hace casi realidad el «construir la casa por el tejado».

¿Que no sabéis de qué os estamos hablando? No os preocupéis, que os vamos a refrescar la memoria con las siguientes imágenes.

Como podéis ver, en la imagen de la izquierda tenemos el proyecto original diseñado por Antonio Lamela y que aún preside la plaza de Colón desde una de sus esquinas, en Madrid. A su derecha, la propuesta realizada por la compañía Mutua Madrileña, propietaria del edificio.

Y es en este momento de antes de abrir boca nosotros y contaros nuestra reflexión semanal, nos gustaría conocer vuestra más sincera opinión sobre esta propuesta. ¿Os parece adecuada? ¿Es capaz de mantener la esencia e identidad del proyecto original? ¿Sigue presidiendo la plaza de Colón con la misma clase que el proyecto de Lamela? ¿Es una intervención necesaria? ¿Es una intervención original?

Vayamos respondiendo una por una a estas preguntas desde nuestro Patio.

¿Nos parece una intervención original? Estudiándola se nos explica que las operaciones a realizar consisten en la liberación de las actuales plantas bajas del edificio para dar mas prioridad a la calle. Estas plantas se subirán a la ubicación donde ahora mismo se sitúa «el enchufe», que se elimina para poder situar esos nuevos pisos de acabado en muros cortina de vidrio como los de cualquier rascacielos que podemos encontrar en cualquier ciudad. Pasamos de una imagen icónica, aclamada u odiada, a una solución estandarizada que podemos encontrar en cualquier lugar del mundo. Así pues, respondiendo a esta pregunta, no, no nos parece una intervención original, ¿acaso queremos que la globalización borre nuestros iconos?

¿Es una intervención necesaria? La marca apuesta por «renovar» el edificio, justificando la intervención fundamentalmente desde el punto de vista energético, y prometiendo que la liberación de la planta baja del edificio va a llevar a un mejor funcionamiento de las calles. Nosotros lo que vemos es una justificación técnica probable pero para nada coherente. Esta se hace desde una línea en la que priman los números por encima de las formas de conseguir esa eficiencia energética, sin darnos cuenta de que tal vez esta misma base sobre cómo conseguir dicha eficiencia está errada. Por lo tanto, ¿es necesaria? Creemos que no, ya que se puede conseguir estos mismos objetivos sin necesidad de llevar a cabo un cambio en esta imagen que ha quedado grabada en el imaginario colectivo de los Madrileños.

¿Sigue presidiendo la plaza de Colón con la misma clase que el proyecto de Lamela? Observando a la torre en su estado actual no podemos evitar percatarnos de una cosa concreta: su color. Se trata de un proyecto en tonos cobrizos que contrastan notablemente con los «tirantes» de su estructura colgada, blancos. Esta dualidad refuerza los ejes estructurales a la par que otorga al proyecto de una pátina por ese vidrio coloreado que contrasta tanto con los vidrios transparentes o espejados que se usan incesantemente hoy día. Esa edad que le aporta esta fachada coloreada le da personalidad, presencia. Creemos entonces que apostar por una «estandarización» del edificio resta sobre el mismo.

¿Es capaz de mantener la esencia e idea del proyecto original? Vamos a estudiarlo. ¿En que se basa el mismo? Busca innovar en la metodología constructiva, sería tal vez la primera torre construida en el mundo de esta forma, de arriba hacia abajo. Para ello se crearían unos núcleos de hormigón que cobijarían los ascensores, instalaciones y escaleras principales del edificio. Una vez hecho esto, una losa con vigas en voladizo de gran canto y vuelo soportarían unos tirantes hechos en hormigón armado sobre los que se colgarían el resto de plantas. Una hazaña en los campos de la construcción, ingeniería y arquitectura que queda mejor documentada en el vídeo del estudio de Lamela, que os invitamos a ver.

Las Torres de Colón durante sus construcción.

Además, como bien nos cuenta el vídeo, el icónico enchufe aparece después de que la normativa sobre protección contra incendios cambiara, haciendo que las torres ahora requieran de un cuerpo de escaleras exterior. Para sujetar este cuerpo aparece ese cuerpo metálico superior, que viene a sostener este nuevo cuerpo de escaleras, que siguiendo la misma lógica constructiva no podía hacerse de otra forma que colgado.

Con estas dos premisas no podemos ver cómo esta modificación puede mantener la esencia de algo que borra parte de su historia, y que funciona contra el principio generador de la idea: Colgar los elementos. Los nuevos pisos funcionan de manera estándar, quedando apoyados sobre las vigas que soportan los tirantes estructurales, resultando incoherentes con el resto del conjunto original.

¿Nos parece adecuada? Después de este pequeño análisis, nuestra opinión seguramente está más que clara, pero casi nos importa más conocer la vuestra, porque siempre podemos ser nosotros los que estemos equivocados…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *