¡Tranquilos! ¡Que no nos hemos olvidado! ¿Echasteis de menos nuestra habitual publicación de cada Martes? Tenemos justificación… Le pedimos a Santa Claus ayuda para la entrada de esta semana, y claro, tuvimos que esperar a esta noche para que dejara todo bajo el árbol de Navidad de nuestro patio. Ahora que ya tenemos todo lo que le pedimos, ¡solo nos quedaba prepararlo y publicarlo!
¿Que de qué vamos a hablar? Bueno, igual que el turrón, nuestros familiares más queridos y que viven lejos de nosotros, el árbol navideño o el Belén que improvisamos en nuestras casas, las ciudades también se decoran como bien sabemos con diferentes elementos. Al sobrevolar los cielos de nuestras ciudades, decidimos preguntarle a Santa por un pequeño recopilatorio de las iluminaciones que más le llamaron la atención. ¿Que qué nos ha dejado? ¡A continuación lo tenéis!
Uno de los ejemplos que nos ha querido mostrar tiene que ver con uno de los tipos de iluminación más tradicionales, pero llevado a cabo de una forma más sutil. Se trata de un ejemplo donde como puede observarse, se trabaja con la naturaleza presente, que se viste con distintas lineas de luz que siguen las formas orgánicas de las plantas. Sin embargo se añade un halo de luz azulada que le otorga cierta majestuosidad al conjunto, dándole la potencia que pueden precisar estas escenas cuando, como es en este caso, las bombillas que acompañan a las ramas son de un color blanco neutro. El resultado es una obra tímida, que no grita en la oscuridad de la noche, preservando la naturaleza oscura de la misma, pero que a su vez dota de ese espíritu navideño al espacio.
De un modo algo más artificial, aunque igualmente único, Santa comparte con nosotros «The Helix Tree», una obra de iluminación en la que el sonido también cobra parte del protagonismo, ya que una de las características de la pieza es su capacidad para alterarse en función del sonido que recibe. Recordemos que la Navidad es un momento en el que los cánticos navideños se suceden continuamente, así que, ¿no tiene sentido integrar ese factor en la iluminación navideña? El hecho de poder interactuar con la misma convierte a la pieza en un elemento de atracción, y no de mera observación, consiguiendo así congregar a las personas que se cruzaban por casualidad con el objeto. ¡Os sugerimos que lo veáis en acción en la página web del artista!
El último ejemplo que nos dejó Santa Claus es este trabajo de TCD (Technical Direction Company), en Sydney. Para las navidades del año 2015 el ayuntamiento les encargó la iluminación de dos de los elementos más emblemáticos de la ciudad, su catedral, y un edificio brutalista conocido como el CTA (Commercial Travellers Association Building). TDC realiza una iluminación más teatral y fantasiosa en la fachada principal de la catedral, sin embargo, aunque cargada de color y brillo, nos pareció realmente original el querer transformar un edificio en un regalo gigante, algo que funciona realmente bien en este ejemplo arquitectónico. Tal vez no sea una solución exageradamente original, pero la gran realización e integración del edificio nos lleva a quitarnos el sombrero ante el trabajo bien hecho.
Sin embargo hay un aspecto que no tuvimos en cuenta hasta este momento al enseñar estos trabajos… ¿Qué ocurre con el gasto energético? En estos últimos años vemos como las ciudades luchan por ser las protagonistas en este campo, disparando el consumo de electricidad, gastando elevados presupuestos en la puesta de estos elementos, y produciendo residuos en forma de elementos que con el tiempo no van a ser reutilizados…
Llegados a este punto, entonces, nos preguntamos si tendríamos que apagar las luces navideñas definitivamente, o comenzar a integrar principios de sostenibilidad a la hora de emplazarlas -¿es posible?
Vosotros, ¿qué pensáis? ¿Deberían apagarse? ¿O tenéis más ejemplos de estas que queráis compartir con nosotros por algún motivo? ¡Contádnoslo en nuestras redes o esta entrada!