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Gila tras el escenario: Las tiras cómicas del «humorista»

Gila tras el escenario
Las tiras cómicas del "humorista"

Ataviado con un uniforme de militar, casco incluido, y tan solo una mesa y un teléfono -de los que ahora llamaríamos vintage, muy a la orden del día, tanto entonces como hoy-, este peculiar personaje entra en escena directamente con una disculpa: "Tengo que hacer una llamada... Si me permiten..." murmura mientras marca un código telefónico que con el ir y venir de la rueda marca un tempo, unos compases de espera necesarios medidos por un personaje que sabe muy bien cómo moverse en escena. El compás termina y una frase marca el resto de la función: "¿Es el enemigo?".

Miguel Gila habría cumplido 100 años en 2019, y su humor sigue tan radiantemente vigente y crítico como lo fue en su momento. Nacido en marzo de 1919 en el Madrid más humilde, dejó de estudiar a los 13 años para ponerse a trabajar en talleres y puestos que le permitiesen llevar algo de dinero a casa de sus abuelos. Compaginó este trabajo más adelante con los estudios de dibujo lineal en la escuela nocturna, marcando su pasión por el mundo de la ilustración.

Gila en uno de sus famosos sketchs, en RTVE, junto con su uniforme y su teléfono.

La Guerra Civil llegó a un Gila de 17 años que ya militaba las Juventudes Socialistas Unificadas, y que se lanzó al voluntariado para combatir, llevándolo frente a un pelotón de fusilamiento, que no era ni pelotón ni de fusilamiento, pues salió con vida de aquella hazaña y quedó como prisionero el resto de la contienda -periodo en el que conoció a su tocayo Miguel Hernández-.

La primera actuación de Miguel Gila se produce en 1951, cuando con 32 años se sube a un escenario madrileño para improvisar su primer monólogo. Para entonces ya había trabajado en diversos periódicos como viñetista y dibujante, dejando clara su intención política como resistencia al régimen. Cansado de la dictadura, en 1962 se muda a Buenos Aires, donde relanza su carrera con diversas giras por toda Latinoamérica que le darían la fama que hoy conocemos.

¿Es el enemigo?

La trayectoria del madrileño estuvo marcada por el optimismo y las ganas de vivir que lo caracterizaban, y así fue como forjó una carrera artística que no queda reducida tan solo a la actuación de "diálogo" en su archiconocido gag del teléfono: Gila desarrolló una carrera como actor y como viñetista que no dejó de lado en ningún momento.

Un dibujante nato que nos ha dejado un archivo de tiras cómicas y dibujos cargados con el humor que conocemos, un humor inocente en superficie -casi de niño-, que está cargado con la dureza y la crueldad de aquel que ha visto las barbaries y consecuencias de una guerra. Como si intentase transmitir el sufrimiento de una manera emocional más que impactante.

Con el centenario de su nacimiento, el Museo Digital del Humor Gráfico Humoristán ha recogido las publicaciones de Gila en las diferentes revistas y periódicos a lo largo de su vida, y ha generado un archivo digital digno de ser visitado. Muchas de ellas publicadas bajo el régimen franquista, se debaten en un tono ficticio y abierto, pero siempre con el golpe ácido, consiguiendo así pasar la línea del censor. El humor de este artista total cubre fronteras como el hambre, la guerra, las diferencias sociales, la violencia machista... Sin dejar de lado la intención de divertir, siempre en una fina línea entre la verdad y la ficción.

Puedes visitar la web de Humoristán para ver la exposición al completo, aunque aquí hemos dejado una recopilación con algunas de ellas ¡Diviértete!

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Todo el material referente a las viñetas, dibujos y portadas, está extraído de Humoristán con intención informativa. Todos los créditos pertenecen a los citados y a las fuentes originales

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