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Hayao Miyazaki. No te olvides de volar

Hayao Miyazaki. No te olvides de volar

Enero 2020.

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Esta entrada fue publicada en Patio de Sombras, nuestra primera etapa como blog que exploraba nuestra visión sobre Arquitectura y Arte. Si quieres saber más acerca de nuestro proyecto editorial reciente, visita la sección Sobre Nosotros o nuestra Tienda.
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Es inevitable. Aunque en muchas ocasiones, especialmente en el cine, la acción va acompañada de un «No mires hacia abajo«, la advertencia es vana. El cambio de perspectiva al levantar los pies del suelo y echar, literalmente, a volar es un espectáculo digno de contemplar: El paisaje, el urbanismo o la propia existencia, de repente adquieren una nueva dimensión, y parecen verse con una cierta claridad o un patrón determinado. Tal vez es por eso un sueño recurrente para casi todos el de poder elevarnos sin ayuda, levantar el vuelo y poder ascender sin depender de aviones ni maquinaria, y poder contemplar desde ahí arriba el resto del mundo.

Hayao Miyazaki se cría en el Japón de la posguerra, y me gusta creer que lo hace con este mismo sueño de poder elevarse y desaparecer entre las nubes. El padre de Hayao dirigía una importante compañía que fabricó piezas para los aviones que lucharon en el conflicto, por lo que su cercanía al mundo de la aeronáutica era el suficiente para permitirle dibujar desde muy temprana edad bocetos de las naves con un elevado nivel de detalle, imaginándolos en un escenario del que él mismo había sido testigo con tan solo cuatro años, cuando fue evacuado durante el bombardeo de Utsonomiya.

La obsesión casi enfermiza de Miyazaki por detallar las imponentes máquinas de sus películas consigue que nos sumerjamos en este mundo mágico con una veracidad innegable

«Desde aquí parecen hormigas…«

Tal vez este miedo, o esa desesperación por ascender lo suficiente como para que la destrucción se vea lejana, o quizá ambos, son los detonantes de una obsesión que se filtra en las películas del galardonado Studio Ghibli, fundado por el animador japonés junto a Isao Takahata y Toshio Suzuki en 1985. Tal vez no ocupe un tema central en ninguna de sus películas, ni tampoco aparezca entre las muchas interpretaciones de las historias que cuentan, pero el hecho de volar es una constante siempre presente en el cine de Hayao Miyazaki.

Esta obsesión ha quedado al descubierto en un bellísimo montaje desarrollado por el editor y productor Zach Prewitt, quien ha recabado todas las escenas del cine de animación nipón más famoso de todos los tiempos, generando un corto que nos sumerge de lleno en la fijación de Miyazaki por levantar los pies del suelo. Con fragmentos de películas tan famosas como Mi vecino Totoro, El Castillo Ambulante o El Viaje de Chihiro, el artista recompone un recorrido por la ficción producida por Studio Ghibli, un mundo lleno de sueños y aspiraciones, color y magia que parece conseguir que algo tan intangible y a la vez inevitable como la gravedad, de repente, sea un juguete más en sus manos.

 

«Casi sin pensarlo, solía ser capaz de volar. Ahora intento mirar en mi interior para averiguar cómo lograba hacerlo.»

«Nicky, la aprendiz de bruja» Studio Ghibli, 1989

Si estás deseando volver a ver (o hacerlo por primera vez, si tienes esa suerte) las películas de Miyazaki, la buena noticia es que Netflix acaba de adquirir los derechos de 21 títulos de Studio Ghibli que estrenará en breve ¡Cuéntanos tu escena aérea de Miyazaki favorita en los comentarios!

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